16 septiembre 2006

La tormenta de hielo: La otra cara del amor libre

The ice storm. USA, 1997

Director: Ang Lee

Guionista: James Schamus, basándose en la novela de Rick Moody

Intérpretes: Kevin Kline, Joan Allen, Sigourney Weaver, Tobey Maguire, Christina Ricci, Elijah Wood, Adam Hann - Byrd

Temáticas de interés: intercambio de parejas, adulterio, promiscuidad, descubrimiento del sexo

Sinopsis:

Paul, un estudiante, vuelve a casa de sus padres, Ben y Elena, para celebrar en familia el día de acción de gracias de 1973 en medio de condiciones atmosféricas adversas, hielo y nieve. Su hermana pequeña, Wendy, tiene un comportamiento extraño: se muestra huraña, agresiva, y muy deseosa de entablar relaciones sexuales con los chicos de la casa de al lado, cuya madre, por otra parte, es la amante de Ben. La inestabilidad afecta a toda la familia: Elena, la madre, empieza a sospechar que su marido le es infiel y a actuar de una forma también desconcertante. Por otra parte, en el acomodado círculo social de Elena y Ben empiezan a llegar los nuevos aires de modernidad procedentes de California: a imitación de lo que está de moda allí, sus amigos organizan una fiesta de intercambio de parejas.

Comentario:

Todos recordamos que durante los aun recientes años noventa se vivió un revival importante de los setenta, la década fetiche de la generación anterior. La tormenta de hielo, no obstante, fue una de las escasas películas que fue más allá de la simple postal nostálgica de música disco y pantalones de campana para llevar a cabo un análisis de las luces y sombras de la época de la contracultura y la liberación sexual. Para ello, Ang Lee, que se atrevía por primera vez a hacer una obra totalmente dramática dentro del mismo registro costumbrista que ya había practicado en comedias como El banquete de bodas o Sentido y sensibilidad, recurrió a adaptar una poco conocida novela de Rick Moody acerca de dos familias vecinas entrelazadas de forma un tanto culebronesca.

La voz en off de Paul (Tobey Maguire), el hijo mayor de una de ellas, nos introduce en la historia: Paul es la mirada neutra a través de la cual vemos a su padre, Ben (Kevin Kline), representante de la doble moral de la tradición patriarcal que se está resquebrajando durante esa época. Casado con Elena (Joan Allen), la perfecta esposa a la antigua, responsable, dócil y callada, mantiene una aventura con su vecina Janey (Sigourney Weaver), lo cual no le supone ningún impedimento para considerarse un hombre respetable e intentar imponer un cierto orden moral en su familia. Con escaso éxito, porque durante esa época empieza a producirse entre las familias acomodadas un fenómeno que con los años irá a mucho más, y que se extenderá a las clases media y baja: los hijos, llenos de un precoz desencanto y totalmente faltos de ilusiones y de valores, no muestran ningún respeto hacia los adultos ni hacia una moral que ya perciben como hipócrita y caduca.

Así pues, vemos también a Wendy (Christina Ricci), la típica adolescente desorientada, arisca, frustrada y llena de rabia pese a tenerlo todo, o tal vez precisamente por tenerlo todo. Wendy se enfrenta de forma brusca e impulsiva al deseo sexual que empieza a experimentar. Ella ya no ha sido educada en la represión de su madre, cuya neurosis se plasma a través de pequeños robos en tiendas, pero no le han ofrecido a cambio otro tipo de perspectiva de las cosas; la formación sexual, así como la ética y la moral, brilla por su ausencia en su familia (prueba de ello es que, cuando Ben intenta hablar de sexo con Paul, sólo es capaz de decirle de forma harto torpe que la bañera no es el mejor sitio para masturbarse). Por lo tanto, la joven da tumbos: experimenta con Mikey, el hijo de la amante de su padre, y cuando éste se asusta y la rechaza, no duda en intentarlo con el hermano menor de Mikey, el pequeño e introvertido Sandy, al que se acerca de una forma que, dada la mayor edad de Wendy, roza el abuso, aunque la muchacha es demasiado inconsciente y egoísta para percibirlo, o para que le importe en caso de que se dé cuenta.

Los padres de Wendy y de Mikey perciben que el comportamiento de sus hijos no es el adecuado, pero se ven incapaces de ayudarles: el rol del padre tradicional ya no funciona en la era de la contracultura, pero tampoco saben actuar de otra forma. Aparte de no saber qué hacer, los adultos están ocupados en otras cosas, también ellos son egoístas y están dominados por el hedonismo y el consumo. Así pues, dejan a los jóvenes a su aire, mientras ellos intentan también descubrir o redescubrir su sexualidad de manera igualmente patosa. Casi treinta años después de Bob, Carol, Ted y Alice, el amor libre y el intercambio de parejas, el nuevo paradigma de modernidad entre la burguesía en ese momento, se recuerdan como un juego ingenuo y no carente de patetismo. Un polvo fugaz en el coche de su vecino no es en absoluto la liberación sexual que Elena tanto necesita. Sobre todo cuando ha aceptado participar en el juego de sexo rápido por despecho al estar segura de que su marido le está siendo infiel.

A pesar de esta visión un tanto amarga y pesimista de las cosas, el film, siempre frío, sutil y muy elegante, no carga en absoluto las tintas, y deja una puerta abierta a la esperanza. Aunque la desorientación de adultos y niños desemboca en la tragedia, Ben es consciente de ello y pide ayuda, rompiendo a llorar en la magistral escena final del film. La familia intenta mantenerse unida y su esposa le pone la mano en el hombro en un tímido intento de reconciliación. Ha hecho falta que la situación se desborde para que los adultos reaccionen, pero tal vez sea posible arreglar las cosas.


Escenas destacadas:

  • Ben le pide a su hija Wendy que bendiga la mesa en la comida de acción de gracias. La joven lleva a cabo un ácido discurso político sobre el exterminio de los indígenas y la guerra de Vietnam. La paz en la familia parece imposible.
  • Ben se relaja con su amante, Janey, en la cama y empieza a hablarle de sus problemas en el trabajo. Ella le corta sin ambages recordándole que ya tiene marido y que no le apetece escuchar esas historias.
  • Tras verse rechazada por su vecino Mikey, Wendy lo intenta con su tímido y extraño hermano pequeño Sandy. Se introduce en el baño con él y se baja los pantalones enseñándole la vagina, y queriendo a continuación ver su pene. Se ven interrumpidos por Janey, la madre de Sandy, que reprende a Wendy por lo que acaba de hacer.
  • Más tarde, Mikey sucumbe al fin ante los encantos de Wendy. La máscara de Nixon con la que la adolescente se ha tapado la cara no impide que Mikey se eche encima de ella y empiecen a sobarse. Pero de nuevo un adulto, en este caso Ben, aborta la escena.
  • Ben y Elena aceptan participar en el juego de las llaves, la atracción estrella de la fiesta en casa de sus vecinos. Los hombres ponen las llaves de su coche en un recipiente, las mujeres cogen a ciegas un llavero, y se van con su dueño para acostarse con él. Elena hace lo propio, y protagoniza una rápida y frustrante escena de sexo en el coche con su vecino, el marido de Janey.


Anécdotas:

  • La recaudación del film en taquilla fue bastante discreta. Mucho mejor resultó la acogida entre los críticos; concursó en el festival de Cannes de 1997 obteniendo el premio al mejor guión, galardón al que se sumaría el BAFTA a la mejor actriz secundaria para Sigourney Weaver, quien fue propuesta también para los globos de oro. No obstante, los Oscar ignoraron completamente la película.
  • En el espectacular reparto coincidieron varias jóvenes promesas que se convertirían más tarde en grandes estrellas, como Tobey Spiderman Maguire y Elijah El señor de los anillos Wood. Christina Ricci, en cambio, ya era famosa entre el gran público, a pesar de su corta edad, por La familia Addams y Casper.


Sobre el director:

Ang Lee, uno de los mejores directores del cine actual, nace en Taiwan en 1954. Influido por el estilo del maestro japonés Yasuhiro Ozu y por el cine occidental, sus películas tratan siempre del conflicto entre la vida moderna y la tradición, entre el deseo de vivir libremente y la responsabilidad hacia los otros y la necesidad de guardar las apariencias. Su primer gran éxito internacional lo obtiene con El banquete de bodas (1993), una comedia sobre un homosexual que celebra un matrimonio de conveniencia para contentar a su familia. El tema de la homosexualidad lo volverá a abordar con gran éxito en la excelente Brokeback mountain (2005). Entre ambas películas, aparte de La tormenta de hielo, rueda Tigre y dragón (2000), un film romántico y feminista de artes marciales y sentimientos reprimidos con el que consigue el mayor éxito en taquilla nunca logrado por una película de habla no inglesa.

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0119349/

http://www.arrakis.es/~maniacs/Tor1.htm

http://www.miradas.net/2005/n45/estudio/theicestorm.html

http://www.dvdenlared.com/dvd/La%20tormenta%20de%20hielo

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